Querido lector, sigo vivo. No sé por cuánto tiempo, pero confío en escapar de aquí antes de que el estrés al que me veo sometido acabe manifestándose en forma de alopecia. Sí, a este paso voy a perder mi lustrosa cabellera más pronto que tarde.
Pero antes de que esto pase y el mundo se convierta en un lugar todavía peor, te dejo la que puede ser mi última contribución a la causa de Un Secreto Gigantesco: la versión definitiva de El Hobbit.
Sí, por si no lo sabías Peter Jackson lo único que ha hecho es un remake de esta fabulosa versión soviética de 1985. Las comparaciones siempre son odiosas, pero en mi opinión la cinta soviet cuenta con un reparto y un vestuario que no tienen nada que envidiar a la versión moderna. Aunque no tiene subtítulos, no los necesita.
Después de esto no verás a Gandalf igual. Recuérdame que lo añada a las razones para ver El Hobbit.