0
(0)

De la mano de mi proveedora habitual (alias Irene Adler, me ha pedido de rodillas que no revele su twitter) me llegó este libro de la escritora ucraniana de origen judío pero afincada en París Irène Némirovsky, desconocida para mí pero que gozó de bastante éxito en la década de los años treinta del siglo pasado.

Este libro se titula Suite francesa, retrata cómo vive el pueblo francés la invasión de los alemanes en junio de 1940 y no es un libro cualquiera pues goza de un valor especial. ¿Por qué? Pues porque está incompleto debido a que fue la última obra que escribió la autora antes de ser asesinada en un campo de concentración.

La historia de cómo llegó a publicarse Suite francesa merece también un libro o una película. Después de que Irène Némirovsky fuera deportada a Auschwitz y asesinada al igual que su marido, sus hijas se quedaron con una maleta que contenía el manuscrito de Suite francesa. Tras escapar de los soldados alemanes y ocultarse durante la guerra en una serie de orfanatos, lograron conservar la obra para finalmente sacarla la luz en 2004. ¡Hace bien poco! Pero centrémonos en el libro.

Este libro está escrito en clave autobiográfica, y digo esto porque la autora se basó en lo que estaba viviendo durante la II Guerra Mundial para escribirlo. Es decir, que todo lo que escribe es un perfecto retrato de la sociedad francesa de la época, y es sencillo reconocer el realismo que recorre todos los acontecimientos. Lo que nos ha llegado de Suite francesa – recuerda que es una obra incompleta – se estructura en dos partes: Tormenta en junio y Dolce. Ambas podrían leerse por separado, pues la relación entre ambas partes es más bien tenue y tan solo comparten el marco histórico y algunos detalles.

Tormenta en junio comienza con los alemanes aproximándose a París, lo cual provoca un verdadero éxodo de franceses que se lanzan a la carretera huyendo de las primeras bombas. Ricos burgueses que escapan en coche, familias de clase media en la cuneta, artistas más preocupados por sus porcelanas que por cualquier vida humana, un sacerdote que trata de sacar de la ciudad a un grupo de treinta niños de un orfanato, amantes que se imponen en medio del caos, jóvenes que quieren unirse a la débil resistencia… Múltiples historias vertiginosas que convergen en algunos puntos y nos mantienen con un nudo en la garganta mientras asistimos al pavoroso espectáculo de la guerra.

Dolce lo que hace es mostrar la vida de un pequeño pueblo de provincias en los primeros meses de la ocupación, reflejando la convivencia forzada entre «ocupantes» y «ocupados». A este respecto, cada familia del pueblo tiene que acoger a uno o dos soldados alemanes, generando una animadversión que al final acaba convirtiéndose en una aceptación que en algunos casos irá más allá. Y no digo más. Esta parte cuenta con un ritmo mucho más pausado y se detiene mucho más a analizar la psicología de cada personaje, tratando de comprender también a los soldados alemanes.

No me voy a extender más, Suite francesa me ha parecido una novela más que decente que nos hace partícipes de unos tiempos muy duros que no se deben olvidar. Está muy bien escrita y deja con ganas de más. Una lástima que el libro terminara inconcluso, la realidad superara a la ficción y al final la locura pudiera más que el sentido común.

Tres estrellas.

¡Puntúa este artículo!