Inventemos una palabra como koi no yokan, por favor.
Hoy he aprendido un término japonés sin traducción directa al castellano. Es «koi no yokan», y se emplea para referirse a la certeza de que vas a enamorarte irremediablemente de esa persona a la que acabas de conocer. No es amor a primera vista, sino un vaticinio del mismo.— Addah Monoceros (@silveryraindrop) 22 de enero de 2018
Twitter a veces le sorprendía. Esa mañana se había encontrado con esa expresión que tan bien condensaba su estado actual. Koi no yokan. Sonaba a Haruki Murakami, al monte Fuji y a samuráis de tradiciones ancestrales y casi extintas. Sonaba a flor de loto, a cielo gris y a miradas intercambiadas en un tren. Japonés, claro. De esos que atraviesan el país a velocidades de vértigo, con forma de tubo de pasta de dientes.
Koi no yokan. La expresión se le quedaba atrapada en la lengua. Le parecía increíble que no existiera una palabra para definir un concepto como ese en castellano, como si nadie se hubiera parado nunca a pensar en una forma de expresar la intuición. Pero su caso era todavía más curioso, ya que había tenido la intuición antes siquiera de conocerla, apenas un rato antes. ¿Qué presentimiento de esa clase aparece aun antes de verla? ¿Acaso el simple hecho de haberlo tenido significaba algo? ¿Puede uno fiarse de una premonición con respecto a una mujer? Preguntas y preguntas que ahora le rondaban la cabeza, pues la intuición había empezado a evolucionar poco después.
El koi no yokan había surgido como una semilla con una leve intranquilidad, que le llevó a medir sus palabras por temor a decir algo inadecuado. ¿Inadecuado? Él no era de los que sabían medir su discurso, atacaba el argumento contrario como a una buena hamburguesa del Mad Grill y no hacía prisioneros. Se había acostumbrado a decir lo que se le pasaba por la mente -sobre todo chorradas-, y sin embargo, en ese momento se comportaba con cautela, como si estuviera esperando algo (o a alguien). Aunque ésta desapareció muy rápido en el momento en que ella rió y escupió el arroz que llevaba en la boca encima de la mesa.
Aun pasado un tiempo después, no tenía muy claro qué era lo que había confirmado que el koi no yokan se había producido, qué es lo que había regado y alimentado la intuición. Podía haber sido su risa, su desparpajo, su belleza sencilla sin aditivos o sus ojos de miel silvestre. O sus preguntas, su curiosidad, sus inquietudes, su forma de escribir, sus cartas, su inteligencia aguda y alejada de toda adulación. O mil cosas más que sólo su corazón sabía y que sólo el tiempo podía revelar.
Hoy necesitaba acordarse de su koi no yokan para sobrellevar el tiempo, el espacio y el silencio, para esperar. Por esa razón trasnochó, encendió un cigarrillo, cargó el café y empezó a escribir:
Inventemos una palabra como koi no yokan, ¿no?
Precios actualizados a 2023-12-01
La verdad que creo que todos necesitamos una palabra así.
A veces hay términos que no existen , que nadie ha sabido expresarlos, como los limites. El limite entre la locura y la genialidad o los koi no yokan de la vida
Ya tengo palabra nueva en el diccionario “Koi no yokan”.
Salu2 😉
¡Hola Anónimo! Según la hipótesis de Sapir-Whorf existe una cierta relación entre las categorías gramaticales del lenguaje que una persona habla y la forma en que la persona entiende y conceptualiza el mundo [Wikipedia]. Esto quiere decir que cada lengua refleja una forma de comprender el entorno que le rodea y por eso hace hincapié en unas palabras u otras, o en un modo de expresar un concepto u otro. ¿Por qué no hay una palabra análoga a “koi no yokan” en español? Descartando que sea porque a los hispano-hablantes no nos pase esto, quizás la razón fue que fuimos más realistas o nos bastó con la palabra “destino” o “intuición”. O quizás nos bastó con la poesía para expresar esa atracción irremediable hacia la idea del amor.
¡Un saludo!
Koy No Yokan es el nombre que lleva un álbum de una de mis bandas favoritas. Deftones -Koy No Yocan. Este disco se publicó en el año 2012, desde entonces lo tengo y lo escucho regularmente. Curiosamente, hoy 10 años después (híjole, diez años, toda una vida), me entra la curiosidad de saber qué es lo que significa, busco y me encuentro con este artículo. Curiosamente, hoy me siento de esa manera.