Para ser sincero, ignoro cómo El despertar de la señorita Prim llegó a oídos de cierta persona muy especial para mí. Lo que no ignoro es que se lo pidió a SS. MM. los Reyes Magos de Oriente y estos se lo trajeron por pura misericordia porque había sido muy buena. Como es natural, fruto de dicho regalo y de su persistente recomendación, esta cuidada y delicada novela de Natalia Sanmartín Fenollera, acabó llegando a mis manos. Y de aquellos barros estos lodos, querido lector. Y no puedo decir que me arrepienta.
Creo que fue para huir del ruido.
El despertar de la señorita Prim, p.93
El despertar de la señorita Prim, Natalia Sanmartín Fenollera
[2013] [NOVELA, FICCIÓN] [COMPRAR EN AMAZON]
Argumento
Posiblemente, si ahora mismo alguien nos dijera que existe un lugar, un pueblo alejado del trasiego de la ciudad, en el que el estudio y la lectura son los pilares de la comunidad, más de uno aprobaríamos su sensatez e iríamos a visitarlo con cierta curiosidad. Quizás incluso algunas asociaciones educativas estudiarían sus métodos para tratar de aplicarlos en la gran ciudad y algún avispado daría un par de charlas TED por el camino aprovechando el tirón. Si a continuación nos dijera que son las familias que forman aquella comunidad las encargadas de formar intelectualmente a sus hijos, probablemente frunciríamos el ceño y con un ademán condescendiente volveríamos nuestra atención hacia el próximo capítulo de la serie de Netflix de moda. Y ya si, por cerrar el círculo, además nos dijera que dicho lugar se rige por una economía de pequeños propietarios (algo conocido como distributismo), y que a pocos kilómetros existe una abadía benedictina de influencia notable en la forma de vida del pueblo, ya directamente nos olvidaríamos del tema y lo guardaríamos en nuestro cerebro como una más de tantas excentricidades que pululan por el mundo.
Sin embargo, mal haríamos si dejáramos que tales pensamientos nos impidieran leer y disfrutar la novela. Es cierto que no sería nada raro pensar lo anterior, querido lector, de hecho sería mainstream y trending topic en Twitter. Al fin y al cabo, la protagonista, la señorita Prim, también tuvo ciertos pensamientos de esa clase cuando llegó a San Ireneo de Arnois, el pueblo en el que transcurre la historia. De hecho, el aterrizaje de la señorita Prim en este lugar tan poco convencional viene motivado por un sugestivo anuncio:
Se busca espíritu femenino en absoluto subyugado por el mundo. Capaz de ejercer de bibliotecaria para un caballero y sus libros. Con facilidad para convivir con perros y niños. Mejor sin experiencia laboral. Abstenerse tituladas superiores y posgraduadas.
El despertar de la señorita Prim, p.20
El mundo ha perdido el gusto por la armonía, el equilibrio y la belleza, según la señorita Prim. ¿Lo de “espíritu femenino en absoluto subyugado por el mundo” no es en sí mismo toda una declaración de intenciones por parte del redactor del anuncio? ¿Pero qué hay de lo de “abstenerse tituladas superiores y posgraduadas”? Pese a considerarse a sí misma apta de acuerdo a la primera frase del anuncio, la señorita Prim está lejos de haber vivido con perros o niños o de no estar intensamente titulada. Relaciones Internacionales, Ciencias Políticas y Antropología, doctorado en Sociología, especialista en biblioteconomía y arte ruso medieval, su currículum llama la atención. Y, sin embargo, pese a no cumplir con todo lo exigido en el anuncio, se lanza a por el trabajo sin vacilar. ¿Por qué lo hace?
Responder a esta pregunta no es el objetivo de esta breve reseña, por lo que no seguiré por ahí, querido lector. Sin embargo, el impulso o intuición que lleva a la señorita Prim a San Ireneo de Arnois seguro que te resulta familiar si alguna vez te has lanzado a hacer algo cuyas consecuencias no eras capaz de prever, para lo que no te considerabas preparado y te daba un miedo atroz. Todos los comienzos que verdaderamente merecen la pena son así: escapan completamente de nuestro control y nos exigen un salto al vacío.

En un diván como este debía estar sentado “el hombre del sillón”, uno de los personajes principales de la novela
No es fácil saber a veces lo que uno siente, Horacio. Hay corrientes que se cruzan, corrientes subterráneas, fuerzas contradictorias que se mezclan y se confunden.
El despertar de la señorita Prim, p.280
Comentario
Mi elección de palabras al principio de esta breve reseña para describir esta novela (cuidada y delicada) no ha sido casual. El libro está trazado por una mujer en cuya forma de escribir se aprecia el mimo que ha puesto en el uso del lenguaje con cada descripción, en cada diálogo, a través del ritmo de la narración. Esta elegancia en el estilo va mucho más allá de la forma, pues es una característica que se aprecia en el contenido de la novela y yendo todavía más lejos podemos verla en todos los habitantes de San Ireneo de Arnois, que están a años luz de la aspereza tantas veces implacable de la gran urbe. Eso sí, la delicadeza de la que estamos hablando está en las antípodas de la cursilería; es más bien un tipo de sensibilidad inteligente y caballerosa con guiños a Jane Austen.
¿Por qué todos los habitantes de San Ireneo son tan buenos anfitriones? Nunca faltan dulces, pasteles o asados deliciosos, un buen fuego y conversación animada en sus reuniones.
El despertar de la señorita Prim, p.247
La lectura de la novela es ágil y los temas que trata no son ajenos a nadie. La educación, el feminismo, la amistad, la religión, las relaciones humanas, las heridas del pasado, el divorcio, Europa, la familia, el amor romántico, la tradición, el diálogo hombre-mujer, la caballerosidad, los libros, lo sencillo, la fe. Hay perlas que invitan a la reflexión por todas partes, citas de autores clásicos latinos y griegos como Virgilio; tesoros que exigen la virtud de la contemplación; acciones de los personajes que de tan lógicas hoy en día nos parecerían semi-dementes; referencias a Dante, Dostoievski o Newman entre muchos otros; ideas y reflexiones que censuraría más de un periódico de tirada nacional… Y, sin embargo… se aprecia un poso de verdad por todas partes.
Hace falta alejarse del ruido para poder dialogar con la novela y entrar en esa conversación entre la tradición y la modernidad. Es posible que incluso haga falta irse a un sitio como San Ireneo para deshacerse de esa odiosa necesidad de nuestro tiempo de tenerlo todo controlado y de tantas piedras que llevamos en la mochila. Hay ambientes así incluso en la gran ciudad, pero para encontrarlos hay que dejarse encontrar. Pero si no tienes la oportunidad de tropezar con un sitio así, quizás puedas empezar por leer este libro.
Conclusión
El despertar de la señorita Prim es un cuento con varias capas de lectura, desde la más superficial (historia costumbrista en un pequeño pueblecito) hasta la más profunda (que tendrás que leer para descubrir). Es una novela ciertamente incómoda en los tiempos que corren porque evoca las bondades de los valores que hemos perdido como sociedad y, sobre todo, discute con sutileza una serie de dogmas modernos que hoy forman parte del establishment político, social y cultural. Por todo esto, no recomiendo su lectura si no se está dispuesto a ser interpelado por los habitantes de San Ireneo o si se busca una novela baja en calorías.
Te gustará sin duda si disfrutas con los clásicos o con novelas con muchos diálogos filosóficos, si gozas con obras como Orgullo y Prejuicio (por su estilo, no por lo romántico), o si simplemente llegas a identificarte con la protagonista en su búsqueda o con alguno de los personajes. Si tienes la sensación de que en el camino a la posmodernidad nos hemos dejado un par de cosas importantes por el camino… este es tu libro.
[2013] [NOVELA, FICCIÓN] [COMPRAR EN AMAZON]
Enlaces de interés
- Entrevista a Natalia Sanmartín Fenollera “El despertar de la señorita Prim” (Bruno Moreno/InfoCatólica)
- Entrevista a Natalia Sanmartin Fenollera: “Progresar es conservar pedazos de civilización” (Gonzalo Altozano/Fernando Díaz Villanueva)