Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
Mt 3, 20-21
“No está en sus cabales”. “Debe de estar loco”. “No hay otra explicación posible, ha perdido la cabeza”. “No puede ser que esté diciendo esto después de lo que ha pasado“. “Claramente, estamos ante un episodio de negación ante una tragedia que se manifiesta reiterando unas convicciones profundas que ya tenía de antes”. “Está totalmente alienado y fuera de sí”.
Todas estas son reacciones naturales que pueden aparecer en un observador cualquiera al escuchar al párroco de la Paloma en los medios, el P. Gabriel, contando cómo vivió él la explosión de gas acaecida el jueves en las instalaciones de su parroquia, en la calle Toledo de Madrid. Sensaciones parecidas puede provocar escuchar la homilía del P. Pablo [54:38 – 1:11:07], el sacerdote que ofició la misa funeral, hermano además del P. Rubén, uno de los fallecidos. No sería extraño que surgiera alguno de estos pensamientos, pues he de confesar que yo mismo he tenido alguno de ellos. Es incomprensible.
Ante sus palabras podemos decir que están locos y pasar a otra cosa. Sí, somos libres de hacerlo. Podemos volver a nuestras rutinas sin más y no darle más vueltas al tema. Tenemos la capacidad de regresar a nuestra vida diaria con sus seguridades y obviar que esas seguridades son de todo menos seguras. ¿Quién nos garantiza el mañana? Sin embargo, poseemos la facultad de retornar a la persecución de nuestros anhelos y sueños sin pararnos un segundo a tratar de vislumbrar si no estaremos persiguiendo más que sombras. Somos plenamente capaces de seguir mirando el dedo que señala la Luna y argüir que la Luna no existe porque el dedo que apunta a ella es feo, maloliente e interesado. Pero la tozuda realidad se empeña en mostrarnos que la luna existe y que nuestros dedos no son mucho mejores que los de aquellos locos que la señalan.
Si nos damos cuenta de esto podremos leer con más atención a C.S.Lewis, autor conocido mundialmente sobre todo por Las Crónicas de Narnia, que en su libro Mero Cristianismo decía lo siguiente:
“Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro moral, pero no acepto su afirmación de que era Dios”. Eso es precisamente lo que no debemos decir. Un hombre que fue meramente un hombre y
Mero Cristianismo, C.S.Lewis
que dijo las cosas que dijo Jesús no sería un gran maestro moral. Sería un lunático –en el mismo nivel del hombre que dice ser un huevo escalfado– o si no sería el mismísimo demonio. Tenéis que escoger. O ese hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco o algo mucho peor.
Los parientes de Jesús pensaron que estaba loco cuando empezó su vida pública hace dos mil años. Las palabras de esperanza de dos de sus seguidores hoy, en 2021, ante una tragedia como esta, bien podrían parecer desatinos de chiflados. Si no están diciendo una verdad antigua, desde luego no parece una mentira moderna. Si de verdad están transmitiendo algo, desde luego no es una moda pasajera. Si quieren vender un producto, desde luego no cotiza en bolsa. Si ellos pueden vivir la muerte de otra manera, no parece que sea simplemente porque lo desean muy fuerte. Si la esperanza en medio del sufrimiento se pudiera obtener por uno mismo, Bucay o Coelho ya habrían desglosado el proceso en un par de libros de autoayuda. Si la paz en medio de una desgracia manara de nuestro interior a una orden de nuestro cerebro, ya la encontraríamos en las tazas de Mr.Wonderful.
“No se turbe vuestro corazón. Creed en Dios, creed también en mí”. ¿Bastará con darle crédito a un hombre cuya propia familia consideraba enajenado? ¿Será suficiente con creer en él y actuar en consecuencia? Mientras lo pensamos, si te parece, deja que me una al bando de los lunáticos e intente seguir al mayor chalado de todos los tiempos. Quizás haciéndolo encuentre la verdadera sensatez. Ven y verás.
Descansen en paz:
- Rubén Pérez Ayala
- David Santos Muñoz
- Javier Gandía
- Stefko Ivanov
Enlaces de interés:
- YouTube: “‘Reza por mí, no sé si me van a poder rescatar’. Matías, un sacerdote, poco después de la explosión en una de las plantas más afectadas.”
- YouTube: Primera homilía de P. Rubén Pérez Ayala (Junio 2020)
- YouTube: Entrevista a P. Gabriel, párroco de la Paloma en COPE (audio)
- Dailymotion: Entrevista a Pablo Pérez de Ayala, hermano del fallecido padre Rubén
- 20 Minutos: Stefko, David, Javier, Rubén… las cuatro historias detrás de los cuatro fallecidos en la explosión de la calle Toledo
- YouTube: Entrevista al párroco de la Paloma, Gabriel Benedicto, en TeleMadrid
- La Vanguardia: “Un sacerdote de 36 años, cuarta víctima de la grave explosión en Madrid”
- Aleteia.org: “Fallece Rubén Pérez Ayala, sacerdote herido por la explosión en Madrid”
- YouTube: P. Alfonso Lozano, vicario episcopal en Madrid, narra su experiencia tras explosión de la Paloma (Antena 3)