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Déjame que te lo cuente rápido porque no hay tiempo que perder. Youth Revolution es una iniciativa que surge fruto del deseo de un grupo de amigos por dar a conocer distintas actividades solidarias a otros jóvenes universitarios. Con motivo de la Navidad, ha lanzado una campaña titulada “Las Navidades más solidarias de la historia”, dentro de la cual está la iniciativa «Adopt a Wise Woman/man» (en español, “Adopta un sabio/a”).

2020 ha sido un año complicado. Muy complicado. Por eso, queremos que estas Navidades devuelvan la esperanza a todos los que se encuentran cansados y agobiados.

Youth Revolution

Esta iniciativa en concreto me parece buenísima, querido lector. La idea es escribir una carta felicitando la Navidad a personas mayores que viven en residencias y que por motivos sanitarios van a pasar estos días especialmente solas. Un Christmas de toda la vida, lleno de cercanía y con un espíritu joven en el que se pueda sentir la alegría del corazón. La idea es que cada voluntario que quiera participar escriba a quien Youth Revolution le asigne.

Los Christmas ya están seleccionados (los colgarán próximamente en su cuenta de Instagram) pero hacen falta cartas para meterlas dentro de las postales, así que, ¡ánimo! Los detalles los puedes encontrar aquí:

  • Email: youthrevolution.brand@gmail.com
  • Plazo: antes del viernes 11 de diciembre
  • En vez de poner nombre poned hombre o mujer para saber a quién dársela, ellos sustituirán hombre/mujer por el nombre de la persona.

Yo ya escribí la mía, ¡te dejo un fragmento por si estás falto de ideas!

Querido hombre,

Es muy probable que esta carta le sorprenda porque no me conoce de nada, así que deje que empiece felicitándole algo que sin duda alguna nos une: ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

[…] Le escribo porque estas Navidades van a ser un poco diferentes para todos: sin duda habrá algunas sillas vacías en la mesa, ya sea por las restricciones del Gobierno que nos impiden reunirnos más de 6 o 10 personas no convivientes (la cifra no la tengo clara) o porque las personas que tenían que sentarse en ellas han sufrido las consecuencias más terribles de esta pandemia. Tampoco vamos a poder ir a la Misa del Gallo (no sé si tiene la costumbre) ni asistir a la Cabalgata de Reyes, hacer chocolatadas con amigos y familiares o pasear con normalidad por el centro de la ciudad…

Todo esto puede llevarnos a un estado de tristeza. […] Sin embargo, en estos tiempos que parecen tristes y sombríos en todos los frentes, existe una llama de esperanza que no se apagará nunca y un Niño en un pesebre es el mejor testimonio de ello.

No sé absolutamente nada de su situación personal, pero quiero darle gracias a usted por toda su vida, por el sacrificio de su trabajo, por haberse donado cuando venían mal dadas, por haberse entregado a su familia y haber pensado en ella antes que en usted mismo. Si me lo permite, quiero aprovechar también para dar gracias por las vidas de los que ya no están entre nosotros pero cuyos frutos aún permanecen y seguirán permaneciendo siempre.

Pero no se crea que su misión aquí ha terminado. ¡Aún tiene mucho por hacer! No sé si tendrá hijos, nietos, mujer… De usted depende amarlos hasta el final, ser imagen para ellos del amor que Dios nos tiene, ser un ejemplo de cómo vivir y de cómo morir. No sabe lo importante que son ustedes para nosotros los jóvenes: sin su ejemplo será imposible salir de esta crisis que ya estamos viviendo. Y desde luego será imposible construir una sociedad justa, buena, bella y verdadera en medio de esta mentalidad posmoderna si no nos ayudan, si no nos brindan su sabiduría y su experiencia de toda una vida.

[…] Por ahí hay voces que reclaman más restricciones para «salvar la Navidad», pero esas voces se olvidan de que es la Navidad quien viene a salvarnos a nosotros. Como ya también me olvido muchas veces… En esa confianza que deseo para mí, le reitero mis mejores deseos para usted, que Cristo nazca en su corazón y le llene de paz. […]

Un abrazo fuerte, rezo por usted, rece usted también por mí.

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